En varias conversaciones que he mantenido con clientes y conocidos en los últimos días, sale a relucir un aspecto que quizás no se ha estudiado conveniente, o que quizás se desprecia por parte de quienes aportamos contenidos a la red social: la complejidad de iniciarse en las redes sociales para quienes no están familiarizados con el mundo 2.0.
Se podrían definir varios tipos de personas en relación a las redes sociales, pero me gustaría centrarme en aquellas de ya una cierta edad, que siguen plenamente activos pero que no están familiarizados con las nuevas tecnologías. A menudo tienen ordenador y lo usan, pero a un nivel muy básico y adoptar una nueva herramienta les supone un esfuerzo notable.
Quienes estamos más familiarizados con el entorno 2.0 somos bombardeados continuamente con anuncios de nuevos productos, nuevas plataformas, herramientas para gestionar nuestra presencia en redes, además de las tentaciones que ya teníamos antes: aplicaciones, antivirus, herramientas de todo tipo, programas multimedia, aplicaciones para nuestro smartphones, equipos fijos, portátiles... Todas estas aplicaciones se actualizan constantemente y requieren de un mantenimiento que obliga a tener unos conocimientos medio-altos.
Pero, ¿qué ocurre con ese usuario que no tiene tanto dominio de estos temas? ¿Le estamos apartando porque no es capaz de seguir en el grupo de cabeza de las tendencias en comunicación social? ¿Todo el mundo tiene que estar en Facebook, Twitter, Xing, LinkedIn, MySpace y tantas otras redes sociales?
Creo, sinceramente, que el cerebro humano tiene una limitada capacidad de atención y el hecho de que salgan tantas herramientas que tratan de concentrar nuestro interés puede provocar una sensación de impotencia en quien se trata de acercar a las redes sociales. Asusta ver la inmensidad de lo que se le ofrece ante su teclado. Si ya quienes estamos más familiarizados con este mundo podemos sentirnos abrumados ante la vasta variedad de opciones, cómo no se sentirá quien se acerca ya con una cierta edad, acomplejado a menudo por la pericia de los más jóvenes, de los llamados nativos digitales, que han crecido con todo tipo de gadgets en sus manos (teléfonos móviles, agendas electrónicas, consolas, ordenadores... ).
¿Cuál puede ser la solución? Probablemente no haya una única: para quienes se acercan, dejarse aconsejar y acompañar en sus primeros pasos por usuarios más avezados. Nadie nace aprendido e igual que nosotros, quienes llevamos más tiempo, en un momento u otro, recibimos ayuda de otros, deben de buscar el consejo de quien está más familiarizado con las redes sociales. Consejo que, además, el experto seguro que está encantado de dar.
Para quienes ya tienen un dominio más alto de la materia, aprovechar las herramientas disponibles para poder gestionar la presencia en las redes sociales (monitorizar nuestra presencia en varias redes, por ejemplo). Por mucho que lo intentemos alargar, el día tiene 24 horas y muchas hay que dedicarlas a otras tareas. Quizás la solución pase por herramientas que permitan unificar en un mismo sitio (en la misma red social) diferentes funciones: fotos, anuncios, opiniones, geolocalización (como acaba de hacer Facebook, por ejemplo). Así, en lugar de tener que recurrir a una lista interminable de webs, podremos reducir el tiempo dedicado a gestionar nuestra presencia 2.0.
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