Desde que la crisis económica comenzó a golpear a la sociedad, mucha empresas se han visto obligadas a cerrar y otras, muchas también, están sobreviviendo a base de importantes esfuerzos o gracias a reservas procedentes de ejercicios anteriores. Pero también han nacido muchas empresas que, al ver la luz en un entorno tan difícil, han adoptado herramientas que las hacen más eficientes y productivas. Cuando pase la crisis, tu empresa tendrá que competir con estas organizaciones, que tienen una estructura de costes más liviana y operan con herramientas tecnológicas que les permiten responder con gran rapidez ya que han reducido la burocracia al mínimo.
La buena noticia es que las herramientas que pueden lograr que cualquier empresa reduzca costes administrativos y sea más eficiente están al alcance de todos y además se pueden financiar a través de ayudas públicas, como los préstamos del Plan Avanza a tres años sin intereses.
¿De qué herramientas estamos hablando?
- Un ERP, para disponer de la máxima información sobre el negocio y gestionar sus actividades con la máxima eficacia.
- Factura electrónica, para reducir costes asociados a la factura en papel, que cuesta entre 1 y 2 € a cualquier empresa.
- Gestión documental, ya que el papel es un medio ineficiente de manejar la información, pero además para dotar de seguridad a la información puesto que controlamos quién accede a la documentación y qué hace con ella. Además nos permite gestionar no sólo papel, sino documentos electrónicos y e-mails.
- Redes sociales, la revolución en el márketing de la que hoy en día ya se están beneficiando numerosas empresas. ¿Se ha dado cuenta ya tu empresa del cambio que se está produciendo en la relación entre las empresas y sus clientes? Las empresas en las redes sociales no sólo hablan sino que también escuchan y dialogan con sus clientes.
Muchas empresas, quizás también la tuya, no tienen claro cómo incorporar estas herramientas, básicas para competir en el entorno post-crisis, a sus procesos de negocio. Todavía estás a tiempo de reaccionar, pero cada día que pasa es un día perdido.
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