viernes, 6 de diciembre de 2013

Por qué no quiero un iPAD

Al iPAD no le veo la gracia, la verdad. De hecho, no me motivan nada las promociones que hacen muchas marcas en las que regalan uno. No veo nada que no pueda hacer con un tablet Android que vale mucho menos, no te obliga a hacer ciertas cosas de la forma que Apple quiere y me deja usar mis dispositivos USB. 

Que no tendré una megapantalla retina del repatín… pues seguramente no, pero tampoco la necesito para nada. No soy precisamente un recién llegado a este mundo: mi acerqué a la informática con un Sinclair ZX Spectrum (esos cacharritos con teclas de goma que conectaban al televisor y que probablemente sean culpables de muchos llevemos gafas a estas alturas) :-) así que he pasado por todo tipo de aparatos y sistemas operativos. También he trabajado con MacOS y sin negar que Windows tiene sus fallos y sus flaquezas, prefiero la libertad y la diversidad.
Alguno me dirá que Linux es más libre, pero es un terreno para expertos; no para el gran público.
En mi trabajo, pues llevo un ultrabook con pantalla de 15,4″, que me da 7 horas de autonomía, que arranca Windows en 15 segundos y que me costó menos que un iPAD. Tengo que escribir muchas notas y si tengo que llevar una tableta y comerme media pantalla para sacar un teclado virtual, tener que mirar al teclado para escribir y tener una velocidad penosa… va a ser que no. Además tengo que mostrar programas de Windows.
Lo queramos o no, en las empresas y para trabajar, Windows sigue siendo el rey y ahí tiene su baza Microsoft, en facilitar la comunicación entre los servidores, los puestos de trabajo y las tabletas que pueden cumplir ciertas funciones en la empresa. Ahora, si siguen empeñados en llevar todo a la nube, igual se dan otro porrazo, porque en España las conexiones a Internet fuera de las grandes ciudades son más propias del tercer mundo que de una sociedad moderna y una conexión rápida a Internet es vital para ese escenario.
Algunas veces cuando yo abro mi portátil en una reunión alguno hace un comentario: ¿dónde vas con ese trasto?, me dicen. Al final de la reunión, cuando me lo han pedido prestado tres veces para escribir un texto largo o para contestar el correo electrónico o para entrar en esa web que usa Flash y su iPAD no entiende o porque tienen que enseñar una hoja de cálculo y en su pantallita no se puede ver todo a la vez o alguien les tiene que pasar un documento en un USB… ya se ríen menos :-)
Obviamente cada cual tendrá que valorar sus circunstancias y necesidades para elegir, dentro de su presupuesto, el equipo que mejor las cumpla. Por ahora, las mías las suple mejor un ultrabook con Windows que una tableta.

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